A few weeks ago I visited Porto for four days with my wife and the kids. And two trolleys and a few gadgets, including my camera, an X-E3 with the 23ƒ1.4 and the 50ƒ2. I don’t know why, one of the nights I was mulling over the idea of building something around the concept “Document your life”, be it a community, a web directory or something where we can leave our virtual business card and connect with people like us. It seems that documenting your life is something in itself, call it a project, a philosophy or whatever you feel like. It’s not only the fact of taking pictures of your surroundings, your family, environment or work, in the rare case you bring the camera along, but doing it actively and consciously with an end in mind.
It was two or three years ago that I started looking for and finding people, not just photographers, who spent time and dedicated effort documenting their lives. I think one of the first was Patrick Laroque, and to a lesser extent, Kevin Mullins. In no time I was immersed in the discovery of that culture, motivations, processes… almost a way of seeing life through the viewfinder. Little by little and with the birth of my first child, I started to do one of those projects where you snap a photo every day, well planned from day 1, all the photos in landscape and using the same processing.
The first time I sat down to watch the series grow to 40-50 images, something clicked in my head. Seeing that person change in such a short time stirred something inside me. I assure you that it is not the same to see that same video of some strange than to see your child changing by the day. Creating something so personal that someone will appreciate in the future seemed like my ultimate work. I knew that I was going to document my life even more consciously than I had done in recent years.
A few months later, one of my favorite photographers, Matt Day, published this video where he addresses the subject from a point of view that gradually became more obvious to me: being present, something that is achieved by integrating the camera into your routine, shooting intuitively and more importantly, keeping the machine close by always. Now everything fit together, I think for me it was the missing piece to finish assembling the whole puzzle that I had in my head. In a very simple way, he explained how to do it, the mentality behind it, the reasons and the motivation that led him to document his own life. Having both a boy and a girl at home caused me even more empathy, everything in that video is strangely close to me.
Soon after, I discovered Linda McCartney’s work with her family. Thousands of photos of Paul and his children in unspecial or unattractive moments, but that speak to me directly from the heart. If you do not know that part of her work, look for it and take a look because it is worth it. And from there I have jumped to a few, not many, photographers who are documenting their lives, trips, families, day to day. The last one I follow is Life, Unintended.
That is why I have written this piece of text, because it does not seem that there are many people willing to share that part of their lives. I do not do it, I do not publish mine, and I find it very brave to do so. But being so private, it’s totally respectable.
Hace unas semanas visité Oporto, cuatro días con mi mujer y los dos peques. Y sus dos sillitas y unos cuantos cacharros, entre ellos mi cámara, una X-E3 con el 23ƒ1.4 y el 50ƒ2. No sé por qué, una de las noches estuve dándole vueltas a la idea de crear algo alrededor del concepto “Documenta tu vida”, ya sea una comunidad, un directorio web o algo donde podamos dejar nuestra tarjeta de visita virtual y conectar con gente como nosotros. Al parecer documentar tu vida es algo en sí mismo, llámalo proyecto, filosofía o como quieras. No solo el hecho de hacerle fotos a lo que te rodea, sea tu familia, entorno o trabajo, cuando coincida y lleves la cámara, sino a hacerlo de forma activa y consciente con un fin en mente.
Fue hace dos o tres años cuando empecé a buscar y encontrar a gente, no exclusivamente fotógrafos, que dedicaba tiempo y esfuerzo a documentar sus vidas. Creo que uno de los primeros fue Patrick Laroque, y en menos medida, Kevin Mullins. Después me vi inmerso en el descubrimiento de esa cultura, motivaciones, procesos… casi un modo de ver la vida a través del visor. Poco a poco y con el nacimiento de mi primer hijo me lancé a hacer uno de esos proyectos de una foto al día, bien planeado desde el día 1, todas las fotos apaisadas y usando el mismo procesado.
La primera vez que me senté a ver cómo la serie iba creciendo con unas 40-50 imágenes, algo hizo clic en mi cabeza. Ver esa persona cambiar en tan poco tiempo me removió algo dentro. Os aseguro que no es lo mismo ver ese mismo video de alguien extraño que verlo con tu hijo cambiando día a día. Crear algo tan personal que alguien va a apreciar en el futuro me pareció mi obra definitiva. Supe que iba a documentar mi vida incluso más conscientemente de lo que lo había hecho los últimos años.
Unos pocos meses después, uno de mis fotógrafos favoritos, Matt Day publicaba este vídeo donde aborda el tema desde un punto de vista que poco a poco se me hacía más obvio: estar presente, algo que se consigue integrando la cámara en tu rutina, disparando de manera intuitiva y sobre todo teniendo la máquina cerca siempre, siempre. Ahora todo encajaba, creo que para mi fue la pieza que faltaba para acabar de montar todo el puzzle que tenía en mi cabeza. De una forma muy sencilla explicaba cómo hacerlo, la mentalidad que hay detrás, el por qué y la motivación que le llevaba a documentar su propia vida. El hecho de tener ambos un niño y una niña en casa me provocó más empatía incluso, todo en ese video me es extrañamente cercano.
Poco después descubrí el trabajo de Linda McCartney con su familia. Miles de fotos de Paul y sus hijos en momentos nada especiales ni atractivos, pero que me hablan directamente desde el corazón. Si no conocéis esa parte de su obra, buscadla y echadle un ojo porque merece la pena. Y desde ahí he saltado a unos cuantos, no muchos, fotógrafos que están documentando sus vidas, viajes, familias, el día a día. El último al que sigo es Life, Unintended
Por eso he escrito este pedazo de texto, porque no parece que haya mucha gente dispuesta a compartir esa parte de sus vidas. Yo no lo hago, no publico mi vida, y me parece muy valiente hacerlo. Pero siendo algo tan privado, es totalmente respetable.